Pero Narváez, creyendo que los guerreros de aquella región eran tan pacíficos como los que habían encontrado en el interior de Venezuela, no tomó las debidas precauciones y él con sus hombres serían aniquilados por aquellos indígenas.
Un año después fallecía Manzanedo, y al quedarse el puesto vacante los Cabildos (unos en contra y los menos a favor) reclaman nuevamente como gobernador a Bernáldez de Quirós, quien bien apoyado por su trayectoria en Santo Domingo,y por sus buenas dotes que también las tenía, se hizo nuevamente con el mando interino en enero de 1564.
Pero el gobernador, sin muchas dotes castrenses, intenta lograr la conquista por su cuenta, y en la ciudad de Coro, donde Bernáldez tenía el asiento oficial, comenzará la leva, después pasará a las otras ciudades de Venezuela, pero como la gente no quiere involucrarse en aquella peligrosa aventura conquistadora, al final solamente conseguirá unos cien soldados a quienes pertrecha de lo necesario para tal empresa.
Con la ayuda de Alonso Díaz Moreno en Valencia emprenden la marcha y cuando llegan al paraje donde murieron Narváez y sus hombres, envalentonados los indígenas por su anterior victoria intentan también liquidar a los de Bernáldez.
Bernáldez es enjuiciado por el nuevo gobernador que le acusa de haber permitido el comercio de los piratas y sería condenado a que fuera preso a España, pero en Santo Domingo pudo defenderse de la acusación alegando que en aquel momento, cuando le obligaron los piratas, era mejor dejarlos comerciar a que arrasaran la ciudad y acabaran con vidas y haciendas de los vecinos.