Perteneciente a la Mancomunidad de Municipios Tajo-Salor, su término municipal, cuya población asciende a 1724 habitantes (INE 2024), está completamente rodeado por el de Cáceres.
La diversidad de fauna y flora nada tiene que envidiar a otras reservas nacionales.
Existen en sus alrededores diferentes enclaves como la sierra del Aljibe, punto más alto en la geografía de Aliseda, que constituye una ventana desde la que asomarse a Cáceres y a los pueblos colindantes.
Desde el siglo XVIII hasta la actualidad se han sucedido varios hallazgos arqueológicos que indican un origen de Aliseda muy anterior al siglo XIII.
En 1920 se halló un tesoro fenicio con 354 piezas correspondientes al ajuar de una dama, y por último en 1995 se encontraron restos arqueológicos de un poblado protohistórico en la sierra del Aljibe, datado en el año 800 a. C. el cual estuvo poblado hasta el período romano.
En 1920 se encontró en él un tesoro tartésico de enorme relevancia histórica.
También se encontró un exvoto en bronce fundido representando una cabra, animal consagrado a la diosa indígena Ataecina.
Aliseda creció rápidamente gracias a la fertilidad de su suelo, así como gracias a su situación, ya que, tras saquear los portugueses Alburquerque en 1386 y 1397, Aliseda era el único pueblo entre Cáceres y Portugal.
En la siguiente tabla se muestran los votos en las elecciones municipales de Aliseda, con el número de concejales entre paréntesis, desde las primeras elecciones municipales democráticas:[4] La economía está basada en los cultivos de secano, la horticultura, la ganadería lanar, industrias y oleícolas.
Sus productos típicos giran en torno a los recursos que proporciona la sierra: carbón, caza, miel, polen y el corcho.
[19] Los avatares históricos, y sobre todo su excepcional ubicación, han propiciado que en Aliseda, tanto la arquitectura como el urbanismo, tomara unos derroteros muy diferentes a los de los pueblos vecinos, no encontrándose edificios de relevancia, salvo la Casa Parroquial del siglo XVIII o la propia Iglesia de la Asunción.
A su única nave se añade un crucero, cubierto, tanto en su zona central como en los laterales, mediante cúpulas sobre pechinas, rematándose el conjunto con ábside poligonal.
Pese a algunas trazas renacentistas, podemos situar la construcción en el siglo XVIII.
Manteniéndose al paso del tiempo y a su proceso constructivo llega hasta nuestros días con una forma circular, construido en granito; con dos caños que expiden agua.
Hoy en día perdura la costumbre de ir la gente a por agua.