Fue caracterizado por Juan Pablo Raba en la serie colombiana "El Cartel de Los Sapos", basada en el libro del mismo nombre de Andrés López López, en dicha serie es conocido como "Pirulito".
Su socio Wilber Alirio Varela Fajardo, alías Jabón, cabeza visible del Cartel del Norte del Valle después de Orlando Henao, tomó la decisión con Ramírez Abadía para asesinar a Juan Carlos Ortiz Escobar, su compañero desde niño en el negocio ya que este sostenía negocios y amistad con el clan Herrera, enemigos de Varela.
Le habían realizado operaciones de cirugía plástica para transformar parcialmente su rostro.
Juan Carlos Ramírez Abadía, detenido el pasado 7 de agosto en São Paulo (Brasil), es el último gran narcotraficante colombiano que cae en manos de la justicia.
Esas empresas supuestamente enviaron a Brasil, a través de España, el dinero de sus ganancias en Europa; y vía México, sus beneficios en Estados Unidos.
El dinero salía vía Uruguay para llegar a manos de Ramírez Abadía en Brasil.
El día que fue detenido estaban junto a él sus hermanastros Peter García Verano (que se hacía llamar Víctor), de 43 años, y Jaime Hernando Martínez Verano, de 49.
Peter había obtenido un permiso de residencia y estuvo viviendo en la calle del Capitán Haya.
Jaime, en cambio, entraba y salía continuamente de España como turista.
Fue contratado por el distribuidor a través de negocios por conocer plenamente la legislación aeronáutica brasileña, así como los ciudadanos registrados en el país con la educación superior en Ingeniería Aeronáutica por ITA-SP.
Compañías aéreas en el mundo, siendo aplicable a no supervisar sus vuelos o destinos internacionales.
Las escondía en bolsas de plástico cerradas al vacío para evitar su deterioro por la humedad (aunque no pudo evitar perder varios millones de dólares comidos por los gorgojos).
Ese dinero lo empleaba en el pago de mercancías y servicios.
Por lo menos 2 millones de dólares había sido comidos por insectos (gorgojos).
El Gobierno colombiano se comprometió a utilizar el dinero metálico incautado que según la revista Semana, de Colombia, se guardó en una bóveda del Banco de la República para construir casi 5000 viviendas en Cali y Buenaventura que al final no se hicieron y se desconoce el uso que le habrían dado a estos recursos incautados al capo.