Alfredo Rodríguez Ballón

El 16 de octubre de 1932 Alfredo Rodríguez Ballón da comienzo a una extraordinaria aventura en solitario, un Raid aéreo que unió Argentina, Chile y Perú, su objetivo era demostrar las buenas relaciones que había entre estos tres países andinos.

El inesperado recibimiento por parte del país vecino embargó de emoción al piloto que expresó su agradecimiento y admiración por esa tierra, entre ceremoniosos aplausos despegó con dirección a Copiapó, segunda escala del viaje, pero las nubes amenazaban y no permitían la visibilidad, esta difícil ruta ya se había cobrado varias vidas de pilotos que le precedieron, Rodríguez Ballón decidió no arriesgar y aterrizar de emergencia en Ovalle, una población al norte de Santiago.

El día 20 Rodríguez Ballón ya estaba en Arica, aquí recibió un pedido especial de la Comisión Patriótica de las Damas Tacneñas que le invitaba a hacer escala en Tacna, el arequipeño tomo tierra sin ningún contratiempo esa misma tarde en la Ciudad Heroica, en una ceremonia le expresaron felicidades y buenos éxitos por la hazaña que venía realizando y al día siguiente muy temprano despegó hacia su Arequipa natal.

A través del diario "Noticias" el joven aviador hizo llegar un mensaje

Esa tarde se realizaron dos recepciones en honor al aviador arequipeño con significación especial al encontrarse éste en la tierra que le vio nacer, una se realizó en el Municipio y la otra en el Jockey Club, el Sr. Cesar Bustamante como Presidente del Jockey dirigió unas palabras a Rodríguez Ballón elogiando el éxito, fruto de su propio esfuerzo, augurándole nuevos lauros y mayores éxitos en su carrera, se hizo un brindis y dio inicio a la champañada ofrecida por las autoridades de Arequipa.

Al día siguiente de su estadía en Arequipa partió con dirección a la Capital Peruana para coronar su Raid.

La escuadrilla atravesó la provincia de Chulucanas sin contratiempos en busca del río Nieva que les dirigiría hacia el Marañon.

Pero las aeronaves estaban siendo violentamente arrastradas y golpeadas por la fuerte corriente del mes de febrero, llevando a las tripulaciones hacia los remolinos y rápidos originados por el turbulento Pongo de Manseriche, este pongo aún es conocido porque en sus aguas han desaparecido numerosos hombres, embarcaciones y hasta barcos (el cauce de 300 m. de ancho del río se reduce a solo 50 m.) Los aviadores impotentes pedían auxilio a los habitantes ribereños los indios huambisa y aguarunas que se asomaban; estos, tras varios intentos optaron por lanzar cuerdas, así consiguieron rescatar a dos de los tres hidroaviones y sus tripulaciones.

Fue enterrado por los indios a orillas del río Nieva y posteriormente trasladado a Iquitos por una expedición de recuperación enviada por el Cuerpo de Aviación del Perú, actualmente sus restos mortales reposan en el Cementerio General de Lima junto a otros aviadores del Perú caídos en el nororiente peruano.

Ninguno de los tres hidroaviones que salieron de Paita logró llegar a Iquitos, después del incidente en el río Nieva solo uno fue arreglado y pudo volar, en él fue evacuado el mecánico herido a Paita, la misión fue abortada; las otras aeronaves fueron recuperadas 4 meses más tarde por vía fluvial cuando llegó la vaciante del Pongo de Manseriche y las condiciones lo permitieron.

En el libro “Alfonso I de la Amazonia”, dicho autor tuvo acceso y publicó en Pontevedra, España, a unas cartas remitidas por Alfonso Graña (†1934) otro testigo de los hechos, donde describe estos acontecimientos narrados en primera persona.

Un aspecto del entierro de los aviadores muertos en el nor-oriente en el Cementerio General Presbítero Maestro en Lima, numeroso público concurrió a este acto observando la más sentida manifestación de duelo, julio de 1938. los aviadores muertos que acompañanaron a Rodríguez Ballón fueron Capitán Alfredo Roldán Seminario, Teniente Augusto Tello Dyer y el Alférez Guillermo Bolaños Cepeda, caídos en distintas fechas.