"[1] "Sentí cada momento allí," escribió el compositor, "como un enlace con la cadena de la historia: todo era multidimensional; el pasado representaba un mundo de fantasmas omnipresentes, y yo no era un bárbaro sin ninguna conexión, sino el consciente poseedor de la tarea en mi vida.
[2] Schnittke se convirió al cristianismo y adquirió hondas creencias místicas, que influenciaron su música.
UU., Schnittke abandonó su tierra natal en 1989, al ser invitado para dar clase de composición en Hamburgo.
Sin embargo, hasta comienzos de los ochenta Schnittke estuvo muy implicado en esa línea musical.
El objetivo de mi vida es la unificación de la música seria y la música ligera, aunque me rompa el cuello haciendo esto..."[5]