Este enfoque permitió establecer las bases de la arqueología moderna que entonces empezó a sustituir a los métodos tradicionales y rápidamente fue seguido por otros arqueólogos que después depuraron las técnicas propuestas por Kidder.
Determinó también un sistema para asignar cierta nomenclatura a los sitios arqueológicos de esa región.
En 1936 utilizó formalmente el término de la cultura Navajo, Anasazi para definir a un grupo específico que vivió en el suroeste americano entre los años 200 a. C. y 1300 d. C. Entre 1927 y 1930 participó en un programa multidisciplinario en el yacimiento guatemalteco de Kaminaljuyú en donde se estableció todo un marco de referencia para la estratigrafía usada para la civilización maya.
In 1951, Kidder, con Thomas Stuart Ferguson y Gordon Willey de la Universidad de Harvard contribuyeron a impulsar la arqueología mesoamericana que padecía entonces serios rezagos particularmente en lo que se refería a la civilización maya del preclásico.
Establecieron para ese propósito en el estado de California, la Fundación Arqueológica del Nuevo Mundo, una organización sin fines de lucro orientada a la investigación arqueológica científica.