Alfonso Cañaveral

[1]​ Hasta los veintitrés años de edad no habría comenzado a recibir su educación artística.[1]​ Más adelante marchó a Madrid, donde asistió a clases de la Escuela Superior de Pintura y visitó con asiduidad los salones del Museo del Prado.Allí pintó cinco cuadros que se expusieron en la Exposición celebrada por la Sociedad Económica de Amigos del País.[1]​ Eran Un ochavito para la Cruz de Mayo, El triste camino, Salas infirmorum, Bella Giornatta y La sorpresa.[1]​ Entre los cuadros que realizó en esta etapa sevillana figuraron Rosa mística, encargado por el cardenal Zeferino González y Estrella matutina, regalado a Carolina Benjumea y José Ochoa.