El fruto es una legumbre con forma espiralada de una sola espira que deja un hueco central.
Es una planta fijadora de nitrógeno en el suelo gracias a su relación simbiótica con la bacteria Sinorhizobium meliloti.
Se la encuentra en bordes de caminos o junto a muros, en suelos pobres y calcáreos.
Su actividad vegetativa se concentra principalmente a finales de invierno y en primavera aunque es capaz de mantenerse productiva durante buena parte del año, exceptuando los periodos estivales más secos.
Al segundo año de su establecimiento en suelo produce ya forraje y puede empezar a cosecharse.
En el resto de la Península se encuentra cultivada como forma ornamental por sus vistosas flores amarillas.