Alcazaba y Castillo de Tudela

Con García V Ramírez el Restaurador, Tudela y su castillo fueron incorporados definitivamente al Reino de Navarra.

Existía una tercera muralla muy fortificada que envolvía el torreón principal, la correspondiente a la alcazaba propiamente dicha.

Cuando la ciudad pasó a manos cristianas, la alcazaba musulmana se convirtió en un clásico castillo medieval, seguramente reconstruido y mejorado por Sancho VII el Fuerte.

Ante la puerta principal, conocida como de la "Ferrenna", había una gran plaza con un hermoso edificio a un lado llamado el "Porch", donde los monarcas impartían justicia.

El torreón principal central se llegó a conocer, en época cristiana, como la "Torre de Don Mejón".

En algún momento de la guerra civil que vivió Navarra entre agramonteses y beaumonteses (siglo XV), el foso del castillo fue excavado para conseguir una mayor profundidad y aumentar la inexpugnabilidad, dejando la muralla colgada durante este breve periodo de tiempo.

Ciertamente, más que por culpa de los castellanos, la destrucción del castillo se debe a los propios tudelanos.

Los fosos y las laderas del Cerro de Santa Bárbara se llenaron por los escombros abandonados por los propios tudelanos.

Los propios tudelanos utilizaron los viejos sillares de sus ruinas para obras en la ciudad, y así la bóveda que salva el Queiles, y sobre la que está construida la Plaza Nueva, está hecha con sillares del viejo castillo.

Reconstrucción gráfica de como fue el castillo de Tudela.
Vista de Tudela en 1875