Nacido en Italia, se convirtió al protestantismo y se exilió voluntariamente en Londres.
Posteriormente se mudó a las Provincias Unidas (actualmente Países Bajos), donde murió unos años más tarde sumido en la pobreza.
[3] En esta obra Radicati pretendíó legitimar el suicidio frente a la moral cristiana de su época, y frente a la inmiscusión del estado en relación con el mismo.
Siguiendo el razonamiento de Spinoza en el axioma de su Ética sobre Dios o la naturaleza, Radicati reflexiona sobre la muerte defendiendo que el miedo a esta no es natural; sino que ha sido impuesto a la humanidad por "hombres ambiciosos que, no satisfechos con el estado de igualdad que la naturaleza les había dado, se obcecaron en perseguir el dominio sobre los demás".
Según Simon Critchley estos hombres ambiciosos hacen alusión a Moisés, Cristo y Mahoma; los tres personajes impostores del libro de 1690 Tratado de los tres impostores.