Las nuevas reglas conforman el ajedrez moderno, con las características normativas básicas con el que se juega actualmente.
En el ajedrez medieval la pieza más poderosa era la torre, que mantuvo sus reglas de movimiento.
El ajedrez a la rabiosa potenció la Dama, adoptando la capacidad del ajedrez moderno de mover cuantas casillas quiera en línea recta o diagonal, englobando los movimientos del alfil (que también alcanzó su movimiento moderno) y la torre.
Además, se añadió la promoción del peón si llegaba a la última fila.
Por otro lado los peones pudieron avanzar dos casillas si no se habían jugado y apareció el enroque.