Las continuas luchas entre nobles toledanos hacen que Al-Qadir, quien en varias ocasiones ha contado con la ayuda del rey cristiano de Castilla Alfonso VI, envíe a su sobrina al exilio para proteger su vida.
Las crónicas medievales dicen que la princesa Aixa Galiana era una joven de gran belleza y nobles castellanos, moros e incluso de otros reinos hispánicos estuvieron interesados en casarse con ella.
Sin embargo fue con un joven de la propia ciudad abulense con quien se casó por amor.
Parece ser que durante esos días ambos establecieron una relación afectiva y Aixa decidió volver a Talavera de la Reina, donde se desposó con el Rey de la taifa.
Ambos fueron conducidos a un paraje llamado la Alcoba, cerca de Talavera la Nueva donde fueron ejecutados.