Tras graduarse con buenas notas siguió estudios jurídicos y obtuvo un título de traductor.
Le ofrecieron entonces un puesto en la corte del jedive Abbas II Hilmi y aceptó.
Allí ejerció una gran influencia cultural hasta 1914, cuando las autoridades británicas lo desterraron a causa de su nacionalismo independentista próximo al panarabismo; entonces eligió marchar a España, donde vivió más de cuatro años, hasta 1920.
Allí escribió poemas melancólicos sobre su país que al mismo tiempo mencionaban los vestigios árabes de Al-Ándalus.
En 1920 volvió por segunda vez a Egipto y en 1927 fue coronado Amir al Choâara (أمير الشعراء, literalmente "Príncipe de los poetas") en reconocimiento a su considerable aportación a la literatura árabe, en la cual se le suele considerar introductor del género épico o epopeya con una sobre la historia del Islam titulada Los estados árabes y los valerosos hombres del Islam (دول العرب وعظماء الاسلام).