Ahmad Ibn Ata'Illah

Profundamente marcado por Abu al-Hasan al-Shadhili y su sucesor Abu al-Abbas al-Mursi, que a su vez recogían las influencias de lo que fue la escuela andalusí y magrebí de maestros tales como Ben al Arif o Abu Madyan, y de maestros orientales como Abd al-Qadir al-Yilani o al-Yunayd, el sufismo que transmite en sus escritos es un sufismo sobrio, de unas características eminentemente prácticas, donde la especulación metafísica queda en un segundo plano.

Así, donde pondrá el énfasis Ibn Ata Allah será el dejar claro los caminos y los métodos para alcanzar la santidad (walaya), las necesidad de que exista esta dimensión interior dentro del Islam, y del papel de guía que tienen los más grandes santos (awliya) dentro de la comunidad muhammadí.

Su obra más conocida son sus aforismos, las Hikam (aforismos),[1]​ escrito en prosa rimada, con una riqueza terminológica y expresivas que las hacen una de las joyas de la literatura árabe.

No en vano, siguen siendo enseñadas en muchos centros sufíes (tanto shadhilíes como no) como base para la adquisición del lenguaje e instrucción para la vía de los discípulos.

Un tercer libro muy apreciado es su Tanwir fi isqat al-tadbir,[4]​ que es una exposición sobre diferentes aspectos de la doctrina sufí sobre la propia elección y la confianza en Dios, sobre la actividad mundana y otros aspectos relacionados.