Aglauro

Cécrope fue el primero que reconoció la paternidad al establecer la institución del matrimonio y de la familia.

Al ver al pequeño Erictonio, que tenía la mitad del cuerpo con forma de serpientes, las dos hermanas se volvieron locas y se suicidaron arrojándose desde la Acrópolis de Atenas[2]​ o, según Higino, desde un acantilado.

[5]​ Una tercera versión, seguida por Plutarco y Suidas, da una visión totalmente distinta del personaje de Aglauro: Atenas se hallaba inmersa en una larga guerra que estaba minando su prosperidad.

Consultado, un oráculo respondió que la guerra cesaría si alguien se sacrificaba voluntariamente por el bien de su ciudad.

Allí los jóvenes atenienses prometían defender su patria hasta el final en la ceremonia en la que se les armaba como guerreros por primera vez.

Óleo en lienzo de 1640, obra de Jacob Jordaens : Las hijas de Cécrope encuentran a Erictonio.
Aglauro es convertida en piedra.