Ageusia

La ageusia total es realmente rara si se compara con los demás trastornos gustativos, principalmente la hipogeusia o la disgeusia, o las pérdidas de percepción locales, ya que el gusto se compone de una percepción nerviosa múltiple construida sobre una red formada por tres pares de nervios craneales.

El otro tercio restante, que corresponde a la parte posterior de la lengua, es inervado por el nervio glosofaríngeo (IX par craneal), cuya vía es independiente a la de los otros dos pares nerviosos.

El sentido del gusto está relacionado con el del olfato; pues como en realidad la lengua solo puede percibir la textura de alguna materia al tacto y diferenciar básicamente entre las cualidades gustativas de dulce, salado, amargo, agrio y agradable, mucho de lo que complementa los sabores captados por el gusto viene precisamente del olfato[4]​[5]​[6]​ y, por ende, cualquier trastorno olfativo, asimismo afecta la percepción gustativa.

[10]​ Entre las múltiples causas de ageusia están: Coronavirus antirreumáticos (D-penicilamina),[14]​[nota 6]​ antiinflamatorios (fenilbutazona), antibacterianos (clorhexidina),[15]​ antimicóticos (terbinafina), antihipertensivos (captopril[16]​[17]​ · enalapril[17]​ · nitroglicerina), antidepresivos (venlafaxina),[18]​ antiespasmódicos (baclofeno), anticonvulsivos (tegretol), antitiroideos (carbamizol · metimazol · metiltiouracilo · tiamazol), anticoagulantes (clopidogrel),[19]​ antiproliferativos (bleomicina · cisplatino · metotrexato), diuréticos (espironolactona), sedantes (cloromezanona) y antiacnés (isotretinoína).

Los científicos han desarrollado diversas pruebas gustativas en las que los pacientes responden a diferentes concentraciones químicas, las cuales pueden consistir en una simple degustación o, bien, en la aplicación directa de agentes químicos específicos en determinadas zonas de la lengua.