El rey Thierry I, que estaba cazando allí, pidió sostener al bebé recién nacido en la pila bautismal, al que se le dio el primer nombre de Agericus (Champêtre), en francés Airy.
Posteriormente, Thierry supervisó la educación de su ahijado, quien mostró excelentes habilidades en humanidades y ciencias religiosas.
Cuenta la leyenda que, muy viejo, Airy recibió la visita del rey de Austrasia Childeberto II y su corte.
Informado de esta desgracia, Airy ordenó que le trajeran el último barril.
En agradecimiento, el monarca ofreció la tierra del obispado en Sampigny, Cumières, Charny, Tilly, Harville.