Este modelo tuvo bastante éxito durante la Gran Depresión, debido a un precio bastante accesible para la época, además de que era posible arrendarlo para su pilotaje por solamente 4 dólares la hora de vuelo, un valor considerado bajo con respecto a las aeronaves existentes en ese entonces.
Sin embargo, Wright Aeronautical compró los derechos del motor para su modelo Wright-Morehouse WM-80.
Este diseño fue el que le hizo ganar su apodo de bañera voladora.
Hasta 1931, año en que se introduce el Aeronca C-3, un modelo biplaza, el C-2 gozó de gran popularidad en el mercado.
El Aeronca C-2 logró desarrollarse y venderse no solamente en su versión básica, sino en otras, con mejoras, como las que siguen: Actualmente se tienen datos de cuatro aeronaves Aeronca C-2, que se exponen en los siguientes lugares: