Se convirtió en un destacado representante del historicismo y el modernismo en Polonia.
En 1910, comenzó a dar conferencias en la Universidad Jaguelónica y en la Academia de Bellas Artes Jan Matejko en Cracovia.
Gracias a sus esfuerzos, se remodelaron y renovaron varios edificios y salas del castillo.
Además, fue editor de la revista mensual, Architekt.
[1] Durante la Segunda Guerra Mundial, con permiso del Ejército Nacional, trabajó en un estudio de arquitectura privado alemán, y en 1945 volvió a su puesto en el Castillo de Wawel.