En 1862 se mudó a París, pero regresó a Alemania en 1870, instalándose en Kronberg im Taunus, un pueblo ubicado cerca de Frankfurt, donde murió.
Schreyer se destacó por sus pinturas de caballos, la vida campesina en Valaquia y Moldavia, y sus representaciones de batallas.
Su trabajo fue muy apetecido por coleccionistas de origen francés y estadounidense.
De sus pinturas sobre batallas existen dos en la Galería Schwerin, y otras en la colección de la familia Mensdorff-Pouilly y en la Galería Raven en Berlín.
El Museo Metropolitano de Nueva York posee tres obras de Schreyer: Abandoned, Arabs on the March y Arabs making a detour.