De hecho, Adeodato vino al mundo dos años más tarde, cuando Agustín tenía diecisiete o dieciocho años.
[1] Agustín lo llamó en algún momento «el hijo del pecado»,[2] en la amargura de su propio reproche por tratarse del fruto de un amor no matrimonial.
En la explicación del propio Agustín: Según el académico de Oxford Henry Chadwick, Agustín vivió con la madre de Adeonato durante más de trece años, siéndole enteramente fiel.
[2] En expresión del propio Agustín al referir su bautismo: Adeodato falleció poco tiempo después de su bautismo.
Allí, el autor pone en labios de Adeonato: