En esta misma ceremonia fue organizado también el compromiso de Adaloaldo con una hija del rey franco Teudeberto II.
[5] El ejército fue comandado por Sundrarito, que ya había sido un jefe militar y hombre de confianza del propio Agilulfo.
Por otro lado también en este tiempo los lombardos se desligaron del control franco y dejaron de pagar tributo.
Teodelinda, la regente, era seguidora del Cisma Tricapitolino, pero acabó asumiendo posiciones cada vez más filocatólicas.
En el 624 los duques se rebelaron y destronaron al joven rey en el 625, el cual tuvo que huir a Rávena donde murió un año después, posiblemente envenenado.