Mediante este acuerdo que se incorporó como ley al ordenamiento jurídico de Sudán, se garantizaba la autonomía del área sur del país y se aseguraba un alto al fuego bajo supervisión de la comunidad internacional.
[3] El acuerdo trajo una década de relativa paz, aunque no pudo disipar las tensiones que habían causado inicialmente la guerra civil.
El Acuerdo de Adís Abeba resultó ser sólo un respiro temporal.
En 1983, el presidente Yaafar al-Numeiry declaró el estado islámico bajo la ley mulsulmana en todo Sudán, incluyendo la región de mayoría no-islámicas del sur.
[4] Todo esto dio inicio a la segunda guerra civil sudanesa (1983-2005).