[2] Este tratado transfiere la responsabilidad del servicio postal, telegráfico y telefónico a Japón.
En este contexto, el tratado no preveía compensación o pagos, excepto que Japón "entregará al Gobierno coreano un porcentaje adecuado" de las ganancias.
[3] Los terrenos, edificios, muebles, instrumentos, máquinas y todos los demás dispositivos conectados con el sistema de comunicaciones ya establecido por el Gobierno Imperial de Corea serán transferidos, en virtud del presente Acuerdo, al control del Gobierno Imperial Japonés.
[3] Cuando el Gobierno japonés considere necesario ampliar el sistema de comunicación en Corea, podrán apropiarse de terrenos y edificios pertenecientes al Estado o a personas privadas, el primero sin compensación y el segundo con la indemnización adecuada.
[5] - Hayashi Gonsuke, enviado extraordinario y ministro plenipotenciario (fechado, el primer día del cuarto mes del año 38 de Meiji)[5] - Yi Ha-yeong, ministro de Estado de Asuntos Exteriores (fechado, el primer día del cuarto mes del noveno año de Gwangmu)[5] Este "supuesto tratado" se ideó en un proceso coercitivo;[6] y los coreanos buscaron invalidar las consecuencias no deseadas presentando evidencia a la comunidad internacional.