Durante la Baja Edad Media, probablemente recogiendo la tradición en época islámica, la propiedad de las aguas alumbradas en Nogalte fue del Común y gestionada por el Concejo de Lorca, que mostró mucho interés en cuidar, limpiar y reparar las lumbreras.En este contexto se enmarca construcción de los cuatro molinos situados junto a la acequia.Posteriormente, en el último tercio del siglo XIX, se lleva a cabo por iniciativa privada una mejora del sistema con la construcción de una presa subálvea y del Contracaño, lo que permitió aumentar el caudal de agua y, por tanto, mover la maquinaria de cuatro molinos harineros que fueron construidos junto a la acequia aprovechando esta circunstancia.Actualmente la acequia no es visible en todo su recorrido, ya que algunos tramos se encuentran soterrados.Otros se encuentran al aire, flanqueados por muretes de mampostería.