Su construcción data del período islámico y se erige como un ejemplo preeminente de la ingeniería hidráulica regional.
Continúa hacia el Sur regando los campos de Mislata, Chirivella, Picaña y Paiporta.
[2] La construcción de la Séquia Faitanar se remonta a los siglos VIII y XV, atendiendo a la necesidad de la gestión del agua, hecho que fue vital para el desarrollo agrícola en la región.
Su principal objetivo consistía en transportar agua desde el embalse de Benagéber hacia las extensiones agrícolas cercanas a Liria, desempeñando un papel esencial en la sostenibilidad de la agricultura local.
"Acequias históricas del territorio valenciano: estudio y propuesta de recuperación".