El impacto destruyó la mitad del ómnibus de doble piso y el resto fue arrastrado unos pocos metros quedando casi intacto haciendo que la locomotora y 3 vagones descarrilaran, quedando el primero de estos incrustado con la locomotora y partido al medio.
Cuando llegaron las primeras ambulancias, constataron que una mitad del ómnibus se veía sobre la ruta y la otra había desaparecido con sus pasajeros, había restos esparcidos hasta arriba de los árboles, se podía ver ropa y otros objetos personales a varios metros sobre un árbol y una pequeña laguna ubicada lejos del lugar.
Varios metros más adelante se encontraban la locomotora, que quedó tumbada sobre el terraplén, y varios vagones, uno de ellos quedó abierto al medio al chocar con la locomotora y los otros dos vagones quedaron descarrilados en forma de acordeón a varios metros de las vías, en las cuales, también se produjeron daños.
Finalmente en la tragedia murieron 18 personas y 65 quedaron heridas, convirtiéndose en uno de los peores desastres en Argentina que involucran a un tren y a un vehículo de transporte automotor.
Los chóferes del ómnibus quedaron detenidos por homicidio con dolo eventual y lesiones graves, aunque al poco tiempo fueron puestos en libertad.