Accidente del Harrier II en Villagarcía de la Torre en 1991

[3]​ El avión[1]​[4]​ transportaba únicamente a su piloto, que resultó muerto.

Los testigos aseguraron[7]​ haber escuchado una primera explosión y contemplado después el avión dirigiéndose hacia las casas.

El piloto consiguió evitar una tragedia mayor desviando la aeronave hasta las afueras del pueblo.

Se escuchó una segunda explosión y el avión estalló envuelto en llamas al tiempo que un paracaídas anaranjado intentaba desprenderse del aparato, que en ese momento volaba ya invertido.

[14]​ La investigación determinó que el accidente fue causado por un problema con los alerones de alabeo pero no ofreció ninguna explicación para la falla del paracaídas.

McDonnell Douglas AV-8B Harrier II
El Capitán Thomas P. Driscoll posa junto al aparato.
El capitán Thomas P. Driscoll junto al aparato siniestrado.