Aunque la trama ha sido calificada de "pueril... inspiró a Rameau una partitura sumamente imaginativa";[1] está muy ricamente orquestada y en ella se emplean por primera vez clarinetes en una ópera francesa.
El Genio llega hecho una furia y ordena que se lleven a Acante.
Intenta doblegar la resistencia de Céphise con la visión del poder y la riqueza que una alianza con un inmortal podría proporcionarle.
El Genio también ha ido al templo en busca de consejo, pero sus preguntas siguen sin respuesta.
Hablando a través de la suma sacerdotisa, el oráculo decreta que cuando todos los corazones se entregan con alegría al amor, esos amantes permanecerán unidos.
Aprovechando un aparte con Acante, el Genio revela que ha adivinado la existencia del hechizo de Zirphile.
Justo cuando Acante se viene abajo y suplica al Genio que se detenga, llega Zirphile con la noticia de que ha nacido un hijo a la dinastía de Borbón.