Acústica arquitectónica

La acústica arquitectónica estudia el control del sonido en lugares abiertos (al aire libre) o en espacios cerrados.

Los escritos más antiguos que se conocen sobre acústica arquitectónica datan del siglo I a. C., más concretamente, el año 25 a C. y se deben a Marco Vitrubio Polio, ingeniero militar de Julio César.

Por ejemplo, se utilizaban vasijas de bronce afinadas que actuaban como resonadores, bajos o agudos.

Aunque la vasijas servían para redirigir el sonido en una dirección diferente a la inicial, no lo reforzaban.

Además, había a veces, prácticas casi supersticiosas, tales como colocar alambres (que no tenían ninguna función) en los lugares altos de una iglesia o auditorio.

La acústica arquitectónica moderna, nació a finales del siglo XIX gracias al físico estadounidense Wallace Clement Sabine.

Tras este logro, Sabine fue llamado para asesorar la construcción del nuevo Boston Symphony Hall.

Tras este fracaso Sabine abandonó sus investigaciones y volvió al mundo universitario, dedicándose a la enseñanza hasta su muerte en 1919.

N. Gilbert demostró que gracias a la utilización de una ecuación integral, se podía obtener un resultado por un procedimiento iterativo.

Los griegos construyeron sus teatros, donde las obras dramáticas y las actuaciones musicales, en espacios al aire libre (espacios abiertos) y aprovecharon las propias gradas en donde se ubicaban los espectadores (gradas escalonadas con paredes verticales) como reflectores, logrando así que el sonido reflejado reforzase el directo, de modo que llegaban a cuadruplicar la sonoridad del espacio que quedaba protegido por las gradas.

Los romanos utilizaron una técnica parecida, no obstante, la pared de las gradas no era plana, sino curva, lo que permitía que se perdiese menor cantidad de sonido y lo focalizaban mejor hacia un mismo punto (Planteamiento similar al del reflector parabólico).

Los materiales utilizados tienen propiedades reflectoras para facilitar el encaminamiento del sonido hacia donde se ubican los espectadores.

Las características acústicas de cada sala serán específicas para el uso que se le vaya a dar.

Con ese fin, se pondrán difusores, absorbentes, aislantes que permitan redistribuir uniformemente el sonido y aproximarse al campo difuso ideal.

Templo de Kukulkán.
Zona arqueológica en Palenque.
Esquema de teatro griego.
Teatro moderno al aire libre.