Su hermana mayor, Elizabeth termina enfadándose con su padre y su madre Abbey termina reconociendo a su marido que hace muchos años que no tienen una cena familiar en condiciones.
Tras varias gestiones diplomáticas, se ordena a la Secretaría de Estado que negocie una liberación con las autoridades.
Poco después se descubre que los cargos son válidos, al portar innumerables biblias, algo que irrita al jefe de gobierno, un cristiano devoto.
Por otro lado, la DEA suspende la licencia de un médico por asistir a un paciente terminal en Oregón para suicidarse.
Finalmente, ante una cena que finalmente no se produce, Jed Burtlet acompaña a su nieto a encender el árbol de Navidad de la Casa Blanca.