En Francia, el rey Felipe el Hermoso prohibió, en 1304, que se emplearan en los documentos notariales y, en general, en los instrumentos públicos, aquellas abreviaturas que pudieran dar lugar a confusión o mala interpretación de los textos.Cualquier palabra puede ser abreviada, por lo que suele distinguirse entre abreviaturas «personales» (las que cualquier hablante particular genera para uso propio en su escritura privada) y «convencionales» (aquellas reconocidas y empleadas comúnmente por los usuarios de una lengua).La abreviatura ha de ser eficaz y, por este motivo, debe suprimir al menos dos letras de la palabra abreviada, aunque haya ejemplos difundidos en que solo se elimina una: vid.Las abreviaturas de tratamientos solo deben emplearse cuando anteceden al nombre propio («Sr.Las abreviaturas obtenidas por truncamiento nunca pueden terminar en vocal (por ejemplo, aunque en inglés es muy habitual, la abreviación ave.En la construcción de abreviaturas por contracción se eliminan las letras centrales de la palabra y se dejan solo las letras más representativas (por ejemplo, avda. por avenida o cl.[7] La norma de la Real Academia Española (RAE) es que las abreviaturas siempre finalizan en un punto, a excepción de los símbolos —que no son abreviaturas, aunque se confundan a menudo— y las siglas.Por el contrario, sí se debe escribir el punto antes de las letras voladas (por ejemplo, Sr.ª por señora o art.º por artículo), y esto incluye el uso del mismo en abreviaturas con numerales (por ejemplo, 3.º por tercero o 1.er por primer).Por lo general, el uso de mayúsculas en las abreviaturas corresponden al contexto en el que aparecen.En las abreviaturas obtenidas por contracción, las reglas habituales de formación de plurales en español son aplicables: -s si la abreviatura termina en vocal y -es si termina en consonante.Hay, no obstante, algunas excepciones, como la forma habitual abreviada del plural de la palabra usted, que es Uds.o Vds., y la forma habitual abreviada del plural de la palabra peseta, que es pts.El uso de abreviaturas está fuertemente ligado a la presentación impresa del escrito.Así, debe evitarse el uso de una abreviatura cuando sea la única palabra que aparece en una línea del texto (en cuyo caso debe sustituirse por la palabra no abreviada), y no se admite su uso para expresiones que abrevian varias palabras cuando la abreviatura completa no puede escribirse en la misma línea del texto.No llevan punto al final ni pueden cambiarse por mayúsculas ni se pluralizan las siguientes: Un ejemplo evidente de lo que ocurre cuando utilizamos mayúsculas en un símbolo es el cambio de significado que puede darse al símbolo: la diferencia que existe entre el milímetro (mm) y el megámetro (Mm).Aunque no es una unidad habitual, un Mm es equivalente a un millón de metros (mil kilómetros).
Las abreviaturas abundan en inscripciones latinas, por ejemplo en el frontón del
Panteón
(Roma) se lee:
M·AGRIPPA·L·F·COS·TERTIVM·FECIT
Marcus Agrippa Lucii Filius consul tertium fecit
"Marco Agripa, hijo de Lucio, (siendo) cónsul por tercera vez (lo) hizo"