El código penal de 1898 penalizaba duramente la interrupción del embarazo.
Con el impulso dado por el Dr. Salvador García Pintos,[4] el proyecto de ley fue escrito por los legisladores de la Unión Cívica Dardo Regules y José Trabal, y negociado con los partidos tradicionales.
Estas circunstancias incluían problemas económicos, riesgo para la salud de la mujer, violación o la salvaguarda del honor familiar.
[8] Recién en el 2002 el tema de la despenalización del aborto sería retomado en el Parlamento uruguayo.
Ese mes tuvieron lugar dos sesiones en las que a la ley de "Salud Sexual y Reproductiva" le fue dada media sanción.
[13] Ante la negativa del diputado Andrés Lima de aportar su voto al proyecto, el Frente Amplio comenzó negociaciones con el Partido Independiente el cual había presentado otro proyecto tendiente a la despenalización del aborto para lograr la mayoría necesaria en diputados.
[18] Con casi la totalidad de circuitos escrutados, las adhesiones a la consulta popular alcanzaron 8.88%, muy por debajo del 25% requerido para habilitar un referéndum obligatorio sobre este tema.