[2] Habiendo dado refugio en su casa a Abén Humeya y a Hernando el Zaguer, algunos oficiales del marqués de Mondéjar, con quien tenía acuerdo de tregua, rompiendo las salvaguardias, le sometieron a crueles tormentos que soportó con entereza.
En la noche del 20 de octubre de 1569, junto con Diego Alguacil, él mismo dio muerte a Abén Humeya, tirando cada uno de un lado del cordel que le habían colocado en la garganta.
[5] Elegido para ocupar el lugar de su primo y tras obtener la confirmación del gobernador de Argel en representación del sultán otomano, tomó el título de Muley Abdalá Abén Aboo, rey de los andaluces, e hizo colocar una letra en su bandera que decía: «No pude desear más ni contentarme con menos».
[8] Pero ya a finales de ese año, tras la dura campaña del verano y la expulsión de todos los moriscos de Granada ordenada por el rey Felipe II, la rebelión estaba casi totalmente sofocada.
[11] Su cuerpo fue luego llevado a Granada donde fue descuartizado y la cabeza puesta en una jaula sobre el arco de la puerta del Rastro.