Fue un gran aficionado a la poesía, ganando algún premio durante su etapa escolar.
Desde entonces entró en contacto con los trabajadores azucareros, que años atrás dirigiera Jesús Menéndez.
Logró llevar, junto a sus actividades laborales, los estudios de bachillerato.
En el acto del Día Internacional de los Trabajadores (1 de mayo) de 1952 en homenaje al obrero Carlos Rodríguez, asesinado el año anterior por la policía, Abel encontró a quien, como él, creía que "Una revolución no se hace un día pero se comienza en un segundo": conoció a Fidel Castro.
Ese día Abel fue detenido y conducido al Castillo del Príncipe.
Todos los jóvenes que editaban el periódico clandestino se incorporaban al movimiento revolucionario.
Fue junto a Fidel el organizador del asalto al Cuartel Moncada.
Santamaría, junto a 24 combatientes, debían tomar el Hospital Civil Saturnino Lora y desde allí disparar hacia la fortaleza para apoyar el ataque principal de Fidel y su grupo.
Sólo salvaron la vida Haydée, Melba y un revolucionario que pasó como enfermo ingresado en el hospital.
El ejército batistiano ejecutó a los prisioneros y los hizo pasar como muertos en combate.
A Abel Santamaría le correspondía la toma del Hospital Civil Saturnino Lora.
La muerte de Santamaría fue un duro golpe para su familia y el movimiento revolucionario que se estaba iniciando en Cuba.