Abel Barrera Hernández

[1]​ Cuando tenía 10 años, sus padres se dedicaban al comercio.Desde que era niño pude ver la forma en que se discriminaba a los niños y jóvenes indígenas, a quienes trataban como mozos por parte de los mestizos.Esto también lo hice optar por la ruta de ayudar a la gente necesitada.No terminó su carrera de seminarista y entró a la Escuela Nacional de Antropología e Historia; con las herramientas de la antropología, pudo comprender mejor el panorama que se vivía en las comunidades de Guerrero, así como la cosmovisión y la cultura.[4]​ Mientras estudiaba en el seminario en Tlapa, notó que el ejército y la policía judicial maltrataban a los indígenas de la sierra de Guerrero, los transportaban caminando, golpeados, con la ropa rota y los pies ensangrentados.
Abel Barrera Hernández recibiendo el Premio Amalia Solórzano de Cárdenas en 2017.