`Abdu'l-Bahá
De niño, recordaba con cariño las interacciones con la bábí Táhirih, describiendo cómo ella lo tomaba sobre sus rodillas, lo acariciaba y entablaba conversaciones sinceras, dejando en él una impresión duradera.Las residencias de la familia en Teherán y en el campo no sólo eran confortables, sino que también estaban bellamente adornadas.A ʻAbdu'l-Bahá le encantaba jugar en los jardines con su hermana pequeña, lo que fomentó un fuerte vínculo entre ellos.En su juventud, era costumbre que los hijos de la nobleza, incluido ʻAbdu'l-Bahá, no asistieran a las escuelas convencionales.En su lugar, los nobles solían recibir una breve educación en casa, centrada en materias como las escrituras sagradas, la retórica, la caligrafía y las matemáticas básicas, con énfasis en la preparación para la vida dentro de las cortes reales.[30]ʻAbdu'l-Bahá pronto se convirtió en el secretario y escudo de su padre.[5]Durante su estancia en la ciudad, ʻAbdu'l-Bahá pasó de ser un niño a un joven.Durante su estancia en Bagdad, ʻAbdu'l-Bahá compuso, a petición de su padre, un comentario sobre la tradición musulmana «Yo era un Tesoro Escondido» para un líder súfí llamado ʻAlí Shawkat Páshá.Se cree que en el octavo de los doce días, ʻAbdu'l-Bahá fue la primera persona a quien Baháʼu'lláh reveló su afirmación.[35] Bahá'u'lláh y su familia fueron pronto exiliados a Adrianópolis,[3]y en este viaje ʻAbdu'l-Bahá sufrió de nuevo congelación.Fue en Adrianópolis donde Baháʼu'lláh se refirió a su hijo como «el Misterio de Dios».[38]La llegada a ʻAkká fue angustiosa para la familia y los exiliados,[3]al ser recibidos por una población local hostil.[5]ʻAbdu'l-Bahá mismo cayó peligrosamente enfermo de disentería[5]y un soldado comprensivo permitió que un médico le atendiera.[28]La población los rechazaba, los soldados los trataban mal y el comportamiento de Siyyid Muhammad-i-Isfahani (un azali) agravó la situación.Myron Henry Phelps, un acaudalado abogado neoyorquino, describió cómo «una multitud de seres humanos... sirios, árabes, etíopes y muchos otros»,[28] todos esperaban para hablar y recibir a ʻAbdu'l-Bahá.[41]Con el paso del tiempo ʻAbdu'l-Bahá pudo alquilar alojamientos alternativos para la familia, y finalmente la familia se trasladó a la Mansión de Bahjí hacia 1879, cuando una epidemia hizo huir a sus residentes.Entre los líderes que contemplan esta idea, se encuentran Mirza Javad e Ibrahim Khayru'llah, el autoproclamado misionero Bahá'í para Norteamérica.La mayor, Díyá'íyyih Khánum se convertiría en la madre del futuro heredero de `Abdu'l-Bahá: Shoghi Effendi.En su Testamento, cita a su nieto Shoghi Effendi Rabbani como el próximo guardián mundial de la Fe Bahá'í.