Abdero

[2]​ Dice Helánico que Heracles y Abdero fueron, en realidad, amantes.

Heracles llevó las yeguas hasta el mar, dejándolas custodiadas por Abdero, mientras luchaba con Diomedes y sus súbditos.

Abdero murió destrozado al ser arrastrado por las yeguas o devorado por las mismas.

Heracles vertió lágrimas sobre sus restos y lo abrazó y profirió gemidos, con el rostro grave afligido por el dolor: he aquí un indicio del afecto que sienten algunos amantes; a otro le parecería bien levantar una estela honorífica en bello homenaje.

Pues bien, Heracles, a diferencia de la mayoría, levanta una ciudad como homenaje a Abdero, una ciudad que lleva su nombre, e instituirá en ella unos juegos, en donde habrá competiciones de pugilato, pancracio, lucha y todas las demás, excepto carreras de caballos.