El éxito les fue desfavorable, quedando vencidos y prisioneros el infante Fernando, que dirigía las fuerzas cristianas.
En ese momento, su hijo y heredero Abd al-Haqq tenía apenas un año de edad.
Inmediatamente estalló una lucha por la sucesión, ya que rápidamente surgieron otros pretendientes.
[4][3] Al enterarse de la noticia del asesinato del sultán, Abu Zakariya se apresuró a tomar el control del palacio real de Fez, proclamó al niño huérfano Abd al-Haqq como nuevo sultán meriní y se nombró a sí mismo su regente y ministro principal (visir).
[2] En 1423, el regente Abu Zakariya al-Wattasí se había convertido en el gobernante efectivo del estado.