Aaron Burr, Sr. acompañó a Benedict Arnold en su marcha sobre Canadá en 1775, un arduo camino de 800 kilómetros en pleno invierno.
Abrumados por el fuego de la artillería, Burr y sus hombres se vieron forzados a retirarse.
Sin embargo, dimitió a las dos semanas porque quería volver al campo de batalla.
Burr podría haberse indispuesto con Washington, dado que no solía callarse sus opiniones.
Burr estableció un sistema de patrullas, instauró la ley marcial, y restableció el orden rápidamente.
Burr continuó llevando a cabo misiones de inteligencia ocasionales para generales continentales como Arthur St.
Comenzó a ejercer en la ciudad de Nueva York cuando esta fue evacuada por los británicos al año siguiente.
Aaron Burr, Sr. y su primera esposa estuvieron casados doce años hasta la muerte de esta debido al cáncer.
Los papeles le fueron presentados en su lecho de muerte por el hijo mayor de Alexander Hamilton, cuyo padre murió en el famoso duelo con Burr, ironía que seguramente no pasó desapercibida al joven Hamilton.
Su hija, Dolley, una atractiva y joven viuda, fue presentada por Burr a James Madison, con quien finalmente terminó casándose.
Aunque Hamilton y Burr mantuvieron durante mucho tiempo buenas relaciones, la derrota del general Schuyler, suegro de Hamilton, frente a Burr provocó el comienzo de su disputa personal.
Buscaba escribir una historia oficial de la revolución, pero Washington bloqueó su acceso al Archivo Nacional, posiblemente porque el antiguo coronel había ido notando una cierta crítica a su liderazgo, y porque veía a Burr como un conspirador.
Burr se asoció con los Demócratas-Republicanos, aunque tenía aliados federalistas moderados, como el senador Jonathan Dayton de Nueva Jersey.
Por entonces las legislaturas de cada estado elegían a los miembros del Colegio Electoral, y Nueva York era crucial para Jefferson.
Sin embargo, a pesar de ganar Jefferson la candidatura por Nueva York, empató con Burr en la lucha por la presidencia con 73 votos electorales cada uno.
Además, Hamilton dijo en una cena política que podría expresar una «opinión todavía más despreciable» de Burr.
Después de que una carta sobre el particular escrita por Charles D. Cooper circulase en un periódico local, Burr exigió una explicación a Hamilton.
Existe cierta controversia sobre cómo se produjo el duelo y los acontecimientos que lo rodearon.
Hamilton fue trasladado a Manhattan, en donde se alojó en casa de un amigo, recibiendo visitas hasta que murió al día siguiente.
Burr y sus amigos siempre negaron cualquier plan para derrocar el gobierno estadounidense por la fuerza.
En 1805 el general James Wilkinson, elegido por Jefferson para ser el Comandante en Jefe del ejército estadounidense en Nueva Orleans y Gobernador del Territorio de Luisiana, resultó ser un traidor (años más tarde se descubrió que por aquel tiempo era un espía a sueldo de España).
Tras casarse con su sobrina, había sido expulsado de Irlanda y había venido a vivir como un noble cuasi-feudal como propietario de una isla que hoy lleva su nombre en el río Ohio.
Tras un amago de incidente con fuerzas españolas en Natchitoches, Wilkinson decidió que lo mejor que podría hacer para proteger sus intereses era denunciar los planes de Burr al presidente Jefferson y a sus contactos españoles.
La orden de Jefferson puso a los agentes federales en su busca, y él mismo se presentó ante ellos en dos ocasiones.
Sin embargo, Jefferson buscaba cargos más graves con los que acusar a Burr.
Fue acusado cuatro veces antes de que le fuese imputado el delito por un gran jurado.
Esto fue también sorprendente porque la única prueba física en su contra fue la carta atribuida a Burr por Wilkinson, que proponía robar tierra en la compra de Luisiana.
Inmediatamente después fue acusado de una falta, pero volvió a ser absuelto esta vez por motivos formales.
Mantuvo su interés en la expansión al oeste hasta su muerte, y vivió para ver la Revolución de Texas.
Sobre el particular comentó: "Lo que era traición para mí hace treinta años, ahora es patriotismo."