[1] La designación tenía como objetivo resaltar la importancia de la diversidad lingüística y el multilingüismo como elementos clave para la promoción de la paz y el entendimiento entre los pueblos.
La UNESCO fue el organismo coordinador de las actividades del Año, enfocándose en la promoción, el respeto y la protección de todos los idiomas, con especial atención a aquellos en peligro de desaparición.
[2][3] Durante ese año, se llevaron a cabo múltiples actividades a nivel global, local y regional para fortalecer la diversidad lingüística.
La UNESCO y otros actores clave promovieron proyectos en áreas como la educación multilingüe, la integración de lenguas indígenas en sistemas educativos, y el fomento del uso de las lenguas maternas en todas las etapas de la educación.
También se realizaron esfuerzos en los campos de la ciencia y la cultura para mejorar la comunicación intercultural y preservar el patrimonio lingüístico.