Los otomanos ocuparon gran parte de Hungría durante el siglo XVI, pero la ciudad nunca cayó en manos turcas.
Muchos húngaros escaparon desde las áreas ocupadas hacia Sopron y la importancia de la ciudad creció.
Durante los años siguientes la ciudad fue reconstruida y se convirtió en un centro europeo del arte barroco.
En 1989 se produjo el llamado Pícnic Paneuropeo, un evento en la frontera entre Austria y Hungría que fue aprovechado por 600 ciudadanos de Alemania Oriental para cruzar a Occidente.
Su cercanía a Austria la convierte en un cruce de caminos muy importante para el intercambio económico y cultural.
Todavía pueden admirarse restos de las murallas romanas así como edificios medievales, renacentistas y barrocos.