En este primer corto mandato enfrentó con éxito el problema monetario, estableciendo el papel moneda.Para completar su formación militar, en 1907 el gobierno lo envió a Francia,[1] donde ya como teniente coronel (1909) participó en maniobras con el ejército francés.Su estadía en Europa la aprovechó también para gestionar compra de armamentos en Austria y Alemania (en 1910).Pero, el 24 de julio, para su desmayo, el comandante Benavides fue informado de que los gobiernos del Perú y Colombia habían suscrito un tratado por el que las fuerzas peruanas debían abandonar el Caquetá y replegarse al río Putumayo.A pesar de esto Benavides escribió en su diario: «He sufrido tanto, que la victoria lograda, los aplausos y el ascenso que se me ha conferido, no me han compensado en la forma que muchos presumen y como habría sido de no haber sufrido tantos reveses».Enfrentado con la oposición de una porción significativa del Congreso, que obstaculizaba el cumplimiento de sus promesas para con los obreros tales como las 8 horas laborales, el derecho a sindicalización y huelga, Billinghurst planeaba disolver el Congreso.Algunos diputados comenzaron a conspirar para deponer al Presidente, y así mantener el poder concentrado en la oligarquía peruana, y obtuvieron el apoyo del teniente coronel José Urdanivia Ginés, el jefe de una sección del Estado Mayor.Benavides obtuvo del presidente Billinghurst una declaración en la que manifestó su voluntad de negociar.Luego de unas conversaciones, Billinghurst dimitió y fue exiliado a Chile, donde murió al año siguiente.[8] Durante los dieciocho meses de su gobierno, Benavides restauró el orden y la estabilidad política.[6] La presidencia del Consejo de Ministros la ocuparon sucesivamente: El general Pedro Muñiz Sevilla, el contralmirante Melitón Carvajal Ambulodegui, Aurelio Sousa y Matute, Germán Schreiber Waddington y Carlos Isaac Abril Galindo.La esperada revolución que debía estallar en el Perú no sucedió y entonces, el 2 de noviembre de 1927, Benavides se embarcó rumbo a Francia, llegando el día 14 a Niza, donde se reunió con su familia.Por razones familiares retornó al Perú en julio de 1931, aprovechando la ocasión para seguir el desarrollo del proceso electoral de ese año, que a la postre encumbró como presidente constitucional a Sánchez Cerro.Para completar el periodo de Sánchez Cerro (1931-1936) el Congreso Constituyente eligió a Oscar R. Benavides como presidente.Esta acción fue anticonstitucional aunque ante la crisis interna y externa que el Perú atravesaba la razón de estado prevaleció.La Constitución de 1933 mantuvo vigencia hasta 1979, aunque diversos puntos que estipulaba nunca se cumplieron; por ejemplo, lo referente a las juntas departamentales.Pero tras un intento revolucionario aprista en Lima, conocido como la conspiración de El Agustino, se reinició la persecución antiaprista.Una novela del escritor indigenista José María Arguedas, El Sexto, está ambientada en dicha época.En 1936, año en que finalizaba el periodo del presidente Sánchez Cerro, Benavides convocó a elecciones generales, en las que postularon para la presidencia Jorge Prado Ugarteche (apoyado inicialmente por el gobierno), Luis A.Flores (fascista), Manuel Vicente Villarán y Luis Antonio Eguiguren; este último resultó ser el candidato favorito de la población.Pero estas elecciones fueron anuladas por el Jurado Nacional de Elecciones, no bien iniciado el escrutinio, con el pretexto de que los apristas (cuyo partido estaba proscrito por la ley) habían beneficiado con sus votos a Eguiguren, el virtual ganador.Tal argumento resultaba un despropósito total, máxime si ya para entonces el voto era secreto.[20] Viendo pues el panorama adverso, Benavides decidió convocar a elecciones y hacer el traspaso de poder.El partido aprista, que era el más importante del país, continuaba proscrito por ley.Otra importante fuerza política, la Unión Revolucionaria, quedó también anulada al estar desterrado su líder, Luis Alberto Flores Medina.Ante la coyuntura electoral, tanto Prado como Quesada solicitaron el apoyo de los apristas pero estos no tomaron partido.La pareja se casó algunos meses más tarde y tuvo cuatro hijos:
Óscar R. Benavides, presidente provisorio del Perú (1914-1915).
El general Oscar R. Benavides, transmitiendo un mensaje radial en 1936.
El general Óscar R. Benavides y su gabinete ministerial. Lima, 1933.