Órgano en un chip

[2]​ En abril del 2017, el Centro de Seguridad de Alimentos y Nutrición Aplicada (CFSAN por sus siglas en inglés), en los Estados Unidos, anunció que realizaría investigaciones para determinar si un riñón en un chip podía modelar con precisión las reacciones humanas a alimentos.[4]​ Los órganos en un chip son distintos a los cultivos celulares bidimensionales, porque estos últimos no simulan el microambiente de las células dentro de un organismo, y tienden a perder su función diferenciada.También son distintos a los cultivos celulares tridimensionales a base de geles de matriz extracelular, porque estos no pueden simular las interfaces entre tejidos distintos, los gradientes químicos ni la actividad mecánica que está presente en todos los órganos.Con esto, se permite la aparición de gradientes químicos que influencian la migración y diferenciación celulares, así como las interacciones entre células.Además, este método se puede adaptar para producir varios modelos de órganos en un chip.Sin embargo, los materiales usados en este método producen una transparencia óptica menor a la obtenida con la litografía con PDMS, más comúnmente utilizada.El dispositivo comprendía dos canales microfluídicos separados por una membrana porosa y flexible, fabricada usando PDMS recubierto con material análogo a la matriz extracelular.Se utilizó la técnica de litografía suave junto con métodos para marcar químicamente al PDMS.Una vez en la superficie, los neutrófilos se desplazaron hacia las bacterias y las consumieron.Esto también ocurrió como se esperaría en un pulmón real, sugiriendo que el dispositivo sí fue capaz de reproducir la respuesta inmune.[10]​ La información obtenida por pruebas en animales es utilizada para predecir el comportamiento de los posibles fármacos en el cuerpo humano, pero estas predicciones pueden ser falsas cuando no se considera apropiadamente las diferencias entre humanos y animales.[12]​ Estos sistemas integrados permiten simular con mayor precisión las reacciones interconectadas que ocurren en el cuerpo humano, y pueden ser mejores predictores del funcionamiento de una droga.
Algunos ejemplos de órganos en un chip.