Las fuerzas de seguridad (delegación de la Policía Federal, Policía provincial, Servicio Penitenciario provincial) y sus respectivas dependencias, quedaron bajo control operacional del Ejército, y por ende del Área Militar 212.
La actividad de inteligencia consistía, en primer lugar, en describir al “enemigo” u “oponente”, que englobaba a todos quienes se opusieran al régimen, activa o pasivamente, desde los diferentes ámbitos de la vida social, desde grupos guerrilleros, hasta organizaciones políticas, gremiales, sociales, estudiantiles, etc., que se convertirían en el objetivo de toda la maquinaria represiva.
Las listas de integrantes fueron dadas a conocer en el año 2010,[9] determinándose que 100 agentes encubiertos actuaron en el ámbito del Area 212.
Por su parte las “casitas”, situadas a las afueras de la ciudad, eran utilizadas en esta primera etapa para efectuar los interrogatorios bajo torturas.
Allí eran llevados los detenidos alojados en las dependencias antes mencionadas, generalmente de noche, siendo luego restituidos a esos lugares.