El antecedente histórico del ahuehuete es confuso e impreciso; historiadores y estudiosos especializados en el tema dudan incluso que este árbol haya existido en 1520, y que el conquistador español se haya detenido a llorar su derrota, considerando el escenario de confusión en medio de una huida militar.
[3] Bernardino de Sahagún menciona la estancia de las tropas españolas e indígenas en Popotla tras escapar de Tenochtitlán, pero no hace alusión ni a la tristeza de Cortés ni al árbol referido: «Llegaron a otra acequia que se llama Petlacalco, y pasáronla con harta dificultad: habiéndola pasado allí se rehicieron todos y se recogieron a otro lugar que se llama Puputla ya cuando amanecía, y los mexicanos seguíanlos con gran grita».
[4] Ya en el siglo XIX el ahuehuete es asociado al episodio de la noche triste.
Una piedra que la tradición oral identificaba como la que usó Hernán Cortés, permanecía en la ermita de San Esteban Popotla, nombre dado en la época virreinal al antiguo altépetl de Popotla.
Vecinos indican que hacia los años 60 el ahuehuete aún conservaba follaje.