En este poema participan Utu (Shamash) y el famoso rey de Uruk Gilgamesh.
Esta joven divinidad sumeria se llevó el árbol a Uruk para plantarlo en su jardín sagrado.
Quería hacerse un trono de madera, aunque pasado 10 años el árbol engroso, pero su corteza no se abría.
El poema sumerio acaba con un final feliz, donde Gilgamesh talló un trono y un lecho con el tronco del árbol para la diosa Inanna.
La diosa del amor decide hacerle un pukku y un mikku para su hermano sagrado Gilgamesh.