Gobernó en dos oportunidades su provincia natal y poseyó una de las mayores fortunas del norte argentino.
El gobernador Sixto Ovejero ordenó hacer trincheras y defender la ciudad pese a la falta de armas y municiones (contaban con 255 armas, muchas defectuosas).
En la madrugada del 10 un nuevo asalto logró ocupar brevemente la plaza hasta la llegada de la división al mando de Octaviano Navarro y el coronel Martín Cornejo.
Pero la situación de Ovejero no mejoró debido a la presión ejercida por Martín Cornejo quien permanecía en la provincia con una división reforzada por muchos de los prisioneros tomados a Varela.
En las siguientes elecciones de diputados para integrar la Legislatura, en las que Ovejero apoyaba al "Club Sarmiento", Cornejo sostuvo con sus fuerzas al "Club del Pueblo" que apoyaba a Justo José de Urquiza.
Convertido en presidente, Sarmiento envió al coronel Julio Argentino Roca, quien con habilidad supo despojar de sus fuerzas a Cornejo, alineado con Bartolomé Mitre y los Taboada.
La revista Caras y Caretas lo describía como "uno de los hombres más conocidos en el alto comercio de aquella lejana provincia" a la que estaba vinculado "estrechamente por su familia y por su cuantiosa fortuna".