Álvaro Gómez Becerra

En 1835 y 1836 fue ministro de Gracia y Justicia en los gobiernos que formó Mendizábal.

En 1835 decretó la expulsión de los jesuitas, la supresión de monasterios y conventos que tuvieran menos de doce individuos profesos, la prohibición a los obispos de conferir órdenes mayores y la apropiación de los bienes de los conventos.

[1]​ En 1840 perteneció también al gobierno que provocó la caída de la regente, y en 1841, aunque era partidario de una regencia compartida, aceptó el nombramiento de Espartero como regente único.

En 1843 presidió, sustituyendo a Joaquín María López, el último gobierno de esta etapa, pero no logró ser aceptado por el Congreso.

Tras la caída de Espartero, fue desterrado a Cuenca.