Huérfano, libre y solo, su objetivo es tener una vida normal con Marina Osorio (Victoria Abril), una actriz, ex estrella porno y drogadicta en recuperación, con quien una vez se acostó durante un escape del asilo.
Cuando Ricky llega al set, roba algunos artículos necesarios, incluidas las llaves del apartamento de Marina, y en poco tiempo, es una presencia inoportuna en su vida.
«Nunca te amaré», dice Marina, comprensiblemente enfurecida por ser esposada, amordazada y atada a la cama.
«Ya veremos», dice Ricky, quien haría cualquier cosa para ganar su corazón.
Ricky apenas la deja sola con el médico, y no puede comunicar su situación.
No pueden obtener los medicamentos en la farmacia, así que Ricky se va a buscarlos al mercado negro.
Hacen el amor por completo y Ricky parece estar a punto de lograr su objetivo.
Marina le informa a su hermana que está enamorada de su captor.
Lola se sorprende al saber que Marina ya no quiere ser rescatada, pero una vez convencida, acepta llevar a Marina al lugar de nacimiento de Ricky.
Lola le promete a Ricky que le encontrará un trabajo dentro de una semana, Marina llora de felicidad y se van juntos a la distancia, cantando como una familia normal.